sábado, 2 de diciembre de 2023

Dolor en las articulaciones: la escrofularia

 Entre algunas de sus virtudes ya casi olvidadas, la escrofularia destaca por ser tan eficaz como el harpagofito para aliviar el dolor de las articulaciones.

UN ANTIINFLAMATORIO INDISCUTIBLE

Seguramente conozca el harpagofito, la planta que más se emplea para aliviar los dolores de las articulaciones. Se trata de una planta africana que recibe el sobrenombre de “garra del diablo” y que ayuda a limitar o incluso evitar la toma de antiinflamatorios clásicos, con efectos secundarios adversos, especialmente sobre el estómago.

Esta planta y la escrofularia tienen un principio activo común: los harpagósidos, que son un antiinflamatorio natural. El harpagofito contiene aproximadamente un 1,2% y la escrofularia un 1,1%(1). Un estudio confirmó el efecto antiinflamatorio del extracto acuoso de la escrofularia(2), lo que reafirma su interés para el tratamiento de dolores articulares. Por desgracia, nadie ha estudiado todavía su efecto depurativo, que seguramente sea el doble de eficaz en este tipo de dolores. 

 

Dolor en las articulaciones: la escrofularia
Origen: Europa, Asia Central y América del Norte.

Nombres comunes: hierba de lamparones, hierba de San Pedro, escrofularia de los bosques.

Nombre científico: Scrophularia nodosa.
Familia: Scrophulariaceae.

Partes utilizadas: partes aéreas.

Componentes activos: iridoides
(harpagósidos), flavonoides, saponósidos, antraquinonas, taninos y ácidos fenólicos. 

Indicaciones: dolor causado por artritis, adenopatía crónica, psoriasis, eccema, crisis hemorroidales recurrentes, mastitis, edemas linfáticos y enfermedad de Hodgkin.
 

Originalmente la escrofularia se empleaba para tratar las escrófulas, es decir, las lesiones de la piel causadas por una hinchazón de los ganglios del cuello. Estas escrófulas, que han dado el nombre a la planta, son una de las manifestaciones de la tuberculosis ganglionar, que se diferencia de la tuberculosis pulmonar precisamente por la aparición de estas lesiones en el cuello. Por extensión, también se llaman escrófulas a las pápulas rojas e inflamadas que dejan un aspecto abollado en el rostro en los casos más graves de acné.

En una época donde la tuberculosis causaba estragos se tenían puestas muchas esperanzas en la escrofularia, pues no había otro remedio eficaz que aliviara y desinflamara los ganglios, si bien no llegaba a curarla por completo.

Cuando se redujo la incidencia de esta enfermedad, con la llegada de diversos tratamientos, la escrofularia pasó a un segundo plano. Pero gracias a ello se descubrió otra propiedad muy valiosa de esta planta: la de aliviar el dolor y las lesiones nodulares de las articulaciones de sobrecargas gracias a su efecto antiinflamatorio y por medio de un drenaje de las toxinas a través del hígado y los riñones.

CÓMO TOMARLA

En infusión: tome una cucharada sopera (unos 20 g) por litro de agua. Bébala durante el día, en un período de entre dos o tres semanas Los inconvenientes son el sabor, ya que no siempre gusta, y que su efecto antiinflamatorio es menos potente. Pero sigue destacan­do su acción de drenaje.

En extracto estandarizado de plantas (EEP): tome 1 ó 2 cucha­raditas tres veces al día durante uno o dos meses.

En extracto alcohólico: ingiera de 30 a 40 gotas tres veces al día du­rante uno o dos meses.


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